domingo, 21 de diciembre de 2008


Domingos de misa.
He llegado a la conclusión de que toda esta vida puede ser mucho más superficial de lo que me solía resultar. He llegado a reconocer que la mayoría de mis sentimientos eran construcciones, que la necesidad de ser contenida no venía más que de mi infancia. He descubierto que mi propia diversión puede estar antes que la busqueda de sentimientos absurdos que no me llevan a ningún lado. Y así he decidido llevar mi vida adelante de ahora en más.

Si es esto acaso una aberración, bueno, que me vaya al infierno. Pero siempre con la cabeza EN ALTO.

2 comentarios:

Argentina espacial dijo...

yo creo que no sirve tener la cabeza en alto, cuando estas bajo tierra

Unknown dijo...

amen.


lo importante es encontrar el eqilibrio. en todo.
creo q ese es el sentido de la vida,
y no el numero 42.