En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastaba arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseabas… Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces! Y un poco más tarde añadiste: -¿Sabes?... Cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol.
-¿Estabas, pues, verdaderamente triste el dia de las cuarenta y tres veces?
El principito no respondió.
Me encanta sentarme a charlar con vos,
y darme cuenta de qe todavía me quedan
un millón de cosas tuyas por conocer,
que nunca me vas a dejar de sorprender.
y darme cuenta de qe todavía me quedan
un millón de cosas tuyas por conocer,
que nunca me vas a dejar de sorprender.
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